Recordamos especialmente que Eloy Martínez compartió grandes momentos de su vida en Venezuela, en donde, entre otras grandes empresas, condujo el Diario de Caracas.
Él estuvo casado con la venezolana Susana Rotker a quien describió como “tan hermosa que uno contenía la respiración… Me gustaba su método de trabajo, un día se encerraba desde la tres de la tarde hasta las tres de la madrugada, luego salía con cincuenta páginas de prosa fluida… yo, en cambio, escribo lentamente, apenas dos páginas diarias de inferior calidad si las comparo con las de ella”.
A Susana la arrolló un auto en noviembre de 2000, cuando ambos salían de revisar unos borradores en una Biblioteca de Nueva York. Cuenta el escritor que cuando se aprestaban a cruzar la calle, sintió una especie de viento que se la arrebataba de las manos y luego de la embestida, vio el cuerpo destrozado y la sonrisa dibujada en el rostro de Susana.
Como señala Freddy Molina Casusol: le admiraremos siempre “su entereza, su fortaleza para entregar su arte, para agrandarse a su máxima expresión ante la desgracia”.
Así cierra Jaime Abello Banfi su artículo Las lecciones de Eloy, publicado hoy en PRODAVINCI para rendirle un homenaje al autor:
Tomás Eloy se lució con la lengua española, con la eficacia de quien la ama y la conoce toda. Su escritura precisa, su conversación envolvente, su sonrisa esplendorosa, su curiosidad y memoria prodigiosa, su humanismo y calidez hicieron de él un gran seductor y un amigo inolvidable…Fuentes de información:
Recordar siempre que el periodismo es, ante todo, un acto de servicio. El periodismo es ponerse en el lugar del otro, comprender lo otro. Y, a veces, ser otro.
Susana Rotker y una amiga (Blog de Freddy Molina)
Las lecciones de Tomás Eloy (Prodavinci)
Foto de Susana Rotker por Vasco Szinetar. Tomada de: Analítica
