Sunday, September 5, 2010

"Córdoba, mon amour", por Marsolaire Quintana (texto, fotos y leyendas)

-->(Plaza 25 de mayo, vista desde la calle Buenos Aires).
"Córdoba, mon amour", por Marsolaire Quintana (texto, fotos y leyendas),
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Como suele suceder en casi todos los países, las ciudades más importantes no son, precisamente, las capitales. En el caso de Argentina Buenos Aires y Córdoba se disputan desde hace siglos la admiración de quienes las visitan. No es para menos, ambas metrópolis poseen una identidad cultural copiada por ciudades y pueblos más pequeños y menos densos. Siempre fue así, basta leerse algunos libros de historia como los de Bartolomé Mitre, escritos en el siglo XIX; o mejor aún, de los propios historiadores cordobeses como Carlos Sempat Assadourian o Silvia Palomeque, que han estudiado sistemáticamente el comercio de esa provincia desde 1960 hasta la fecha.


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(Callecita del centro)

Córdoba, capital de provincia, es una amable ciudad, con más altitud que Buenos Aires y mejor clima. Centro de una región bastante industriosa, eje de toda la vida de la producción agropecuaria, por donde transitan todos los productos vitivinícolas y frutícolas de otras provincias cercanas, como Mendoza, Tucumán o San Juan. Esto se nota cuando se va a los mercados y se ve la calidad y los precios de los productos frescos y también en la cantidad de platos ofrecidos en las cartas de sus innumerables restaurantes.

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(Iglesia de la Compañía de Jesús)

En Córdoba también siempre hay actividad cultural. La primera es caminar su centro histórico y recorrer sus calles, un museo vivo de edificaciones de distintas tipologías, usos y orígenes históricos. En esta ciudad parece obligatorio pasearse con cierta lentitud por su "Manzana Jesuística", declarada hace algunos años, por la Unesco, Patrimonio Cultural de la Humanidad. Otro de los atractivos consiste en ver cómo se han reciclado edificios del siglo XIX, como el Patio Olmos -convertido en un shopping center de los más pipí cucú- cuyos vidrios fueron reventados por las protestas populares durante la crisis económica y social del 2001- o la antigua estación de ferrocarril.

Durante esta visita a Córdoba hubo un congreso de literatura, una feria del libro, otra de libros infantiles, una presentación de un libro de Héctor Libertella en el Almacén de Pepino, que tiene forma de barco, cuyas bodegas se inundaban antes de que algunos de sus ríos fueran reconducidos en ese invento llamado Cañada.

(Parte trasera de la Catedral, desde el Pasaje Santa Catalina)
 
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Los cordobeses son simpáticos y hospitalarios, con un sentido del humor muy distinto de la melancolía del porteño. Cuando caminas y sientes que has equivocado el rumbo, puedes detenerte en algún pequeño kiosco y preguntar lo que necesites y con seguridad te explicarán con gran detalle a dónde debes acudir.

Eso me gusta, la calidez humana, esa que a fin de cuentas es la parte más delicada de la cultura de una ciudad. Por eso tuve un momento de dolor cuando caminé por el pasaje de Santa Catalina y vi docenas de fotos de personas desaparecidas o asesinadas en las distintas dictaduras, y que están colgadas de cables que cruzan esta peatonal. También vi cerca de Patio Olmos, cómo hay recordatorios en las nomenclaturas de las avenidas sobre las personas que fueron asesinadas por su preferencia sexual. Ahí el paseo se torna un poco más sombrío, y eso también es bueno, porque el mortero con el que se construyen las ciudades tiene cal, arena, sangre y llanto. Estoy convencida de eso.


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(Pasaje Santa Catalina. Las fotos colgadas son de cordobeses asesinados, desaparecidos durante las dictaduras, también durante el Cordobazo. Frente a esta casa está el Museo de la Memoria).

Algo que me encanta de esta ciudad es su trolebús. Transita sólo en el centro de la capital y están todos manejados por mujeres. Tuve la oportunidad de subirme a uno y no pude dejar de pensar entonces en las grandes similitudes de Córdoba con la Mérida venezolana: callecitas estrechas, negocios con pequeñas puertas, gente respetuosa, ciudad universitaria... Nunca está lejos Venezuela, como pueden ver.

Los invito a Córdoba, vale la pena el viaje. Tiene buenos aires de Argentina.